El blog del Ángel caido

Hoy he fallado en mi propósito. Me propuse no derramar ni una lagrima, y esta mañana no las he podido retener más, han rodado libremente por mis mejillas, han caído aflorando con ellas el dolor y la nostalgia.

Han sido unos días duros, días de saber que hice lo correcto, pero que aun así me duele. Días de pensar qué sentías tú realmente que me dejaste marchar sin más. Momentos de plantearme que si has renunciado a mi así, es porque nunca tuviste intención de vivir lo nuestro, siempre intuí que no dejarías nada por mí, pero siempre quise equivocarme. Y ahora me encuentro en un punto de sentirme liberada, de no llevar la carga de conciencia de quererte sin que fueses mía, me siento liviana, sin el peso de lo que hacíamos, y al mismo tiempo estoy condenada. Condenada porque nunca sabré que pudo haber sido de nosotras, condenada porque nunca sabré que se siente al despertar a tu lado, condenada porque todos los momentos que tenia planeados en mi mente no verán la luz. Nunca he llevado bien la sensación de quedarme con las ganas de algo, siempre lo intento todo de cabeza, hasta que me estrello en la pared, pero esta vez la pared la he visto acercarse tan rápidamente que he frenado antes de darme el golpe, y ahora vivo preguntándome si esa pared se podía sortear o si el golpe era inminente.

No hay una puta canción que no me hable de ti, no hay un puto pensamiento de mi mente que no lleve tu nombre. Y sé que no quiero volver, sé que no quiero ni por un momento tener lo que deje ir, pero si sé que te echo de menos, sé que me gustaría parar el mundo y quedarme abrazada a ti durante horas, sé que te raptaría y te llevaría conmigo a tocar las estrellas. Sé que miro el móvil a cada minuto para ver si has cambiado tu foto, para ver si has escondido algún mensaje para mí en forma de canción, y sé también que me equivoco.

Pero no puedo evitar sentirme triste, no puedo evitar pensar en cómo empezó todo tan intensamente y a cada semana era más y más complicado. Pensar que si las cosas no se hubiesen complicado aun estaríamos juntas...y pensar que en ese caso seguramente yo sería tu primera elección.

Pero nunca lo fui, nunca he sido la primera elección, y debo asumir que si viví en la sombra, el futuro no me deparaba más luz. Sé que hice lo correcto y no me arrepiento de mi decisión, pero también sé que te voy a echar mucho de menos.

Espero que sigas buscando mi sonrisa en el cielo, porque yo sigo sonriéndole a la luna por ti.

No fingiré que no me importas porque seria falso, no puedo fingir que no te echo de menos. Solo quiero tenerte de nuevo en mis brazos. Necesito tu calor, te necesito a ti.

No quiero que pienses ni por un instante que te he olvidado, no quiero que creas que no te pienso.

No he dejado de pensar en ti ni un solo momento, no puedo dejar de echarte de menos, no puedo hacerte desaparecer de mis sueños.

Pero no quiero tus palabras, quiero tus besos, no espero tus llamadas, sino tus caricias. No necesito tus mensajes, necesito sentir tu piel, necesito sentirte mía.

El silencio es, en esencia, la mejor forma de poder escuchar el eco de la mente, las palabras del corazón. Espero que este silencio, tan largo y tedioso, sirva para escuchar a mi alma, y espero que este silencio, que te resulta tan doloroso y desolado te sirva para escuchar los gritos de tu corazón gritando mi nombre.